POEMA
Señora mía
Pedirte, señora, quiero
de mi silencio perdón,
si lo que ha sido atención
le hace parecer grosero.
Y no me podrás culpar
si hasta aquí mi proceder,
por ocuparse en querer,
se ha olvidado de explicar.
Que en mi amorosa pasión
no fue descuido, ni mengua,
quitar el uso a la lengua
por dárselo al corazón.
Ni de explicarme dejaba:
que, como la pasión mía
acá en el alma te veía,
acá en el alma te hablaba.
Y en esta idea notable
dichosamente vivía,
porque en mi mano tenía
el fingirte favorable.
Con traza tan peregrina
vivió mi esperanza vana,
pues te pudo hacer humana
concibiéndote divina.
¡Oh, cuán loca llegué a verme
en tus dichosos amores,
que, aun fingidos, tus favores
pudieron enloquecerme!
¡Oh, cómo, en tu sol hermoso
mi ardiente afecto encendido,
por cebarse en lo lúcido,
olvidó lo peligroso!
Perdona, si atrevimiento
fue atreverme a tu ardor puro;
que no hay sagrado seguro
de culpas de pensamiento.
De esta manera engañaba
la loca esperanza mía,
y dentro de mí tenía
todo el bien que deseaba.
Mas ya tu precepto grave
rompe mi silencio mudo;
que él solamente ser pudo
de mi respeto la llave.
Y aunque el amar tu belleza
es delito sin disculpa
castígueseme la culpa
primero que la tibieza.
No quieras, pues, rigurosa,
que, estando ya declarada,
sea de veras desdichada
quien fue de burlas dichosa.
Si culpas mi desacato,
culpa también tu licencia;
que si es mala mi obediencia,
no fue justo tu mandato
Y si es culpable mi intento,
será mi afecto preciso,
porque es amarte un delito
de que nunca me arrepiento.
Esto en mis afectos hallo,
y más, que explicar no sé;
mas tú, de lo que callé,
inferirás lo que callo.
REFLEXIÓN
Entiendo que Sor Juana en su edad de juventud, se encuentra en un conflicto interno, en virtud que aparentemente la situación disfuncional que existe en su hogar, por haber sido hija fuera de matrimonio pudo haber influido en su percepción con respecto a la figura paterna y por lo tanto con respecto a los hombres en general, no obstante fue frecuentada por muchos caballeros que intentaron mantener una relación con Sor Juana, sin embargo decide sumergirse en sus pensamientos y aprovechar el legado de su abuelo donde tiene acceso a infinidad de libros que le abren un espacio donde refugiarse en sus reflexiones sobre la naturaleza de la vida, escribe sobre aspectos mundanos que le son reprochados por su confesor Jesuita Antonio Núñez de Miranda, también escribió versos sacros y villancicos, principalmente dentro de su estadía en el palacio virreinal donde siempre fue protegida de la Virreina Leonor Carreto, quien nunca dejo de frecuentarla incluso cuando decide tomar el hábito.
Entre 1690 y 1691 se vio involucrada en una disputa teológica, a raíz de una crítica privada que realizó de un sermón del muy conocido predicador Jesuita Antonio Vieira, que fue publicada por el Obispo de Puebla Manuel Fernández de Santa Cruz; éste la imprimió bajo el título de Carta Atenagórica y la prologó bajo el seudónimo de Sor Filotea, recomendándole que dejara de dedicarse a las "humanas letras" y se dedicase en cambio a las divinas, de las cuales, según el obispo de Puebla, sacaría mayor provecho. Esto provocó la reacción de la poetisa a través del escrito Respuesta a Sor Filotea, donde hace una encendida defensa de su labor intelectual y en la que reclamaba los derechos de la mujer a la educación
Por lo anterior creo que no obstante su inteligencia y la manera en como aborda cuestiones que defienden la integridad de la mujer, ella se ve envuelta en una inconsistencia emocional lo que me obliga a pensar sobre sus preferencias sexuales motivadas principalmente por un aparente “amor no correspondido” que creo pudiera ser hacia su protectora Leonor Carreto, con quien creo que, íntimamente quizá tuvieron una relación, de ahí su encendido sentimiento volcado en el poema que le dedica a esta Dama, cito un fragmento que me parece muy elocuente.
¡Oh, cuán loca llegué a verme
en tus dichosos amores,
que, aun fingidos, tus favores
pudieron enloquecerme!
¡Oh, cómo, en tu sol hermoso
mi ardiente afecto encendido,
por cebarse en lo lúcido,
olvidó lo peligroso!
Por lo anterior intento entrar en su pensamiento e interpretar el conflicto en que se encuentra, por lo que interpreto el poema de acuerdo al siguiente guion:
“Se inicia con una entrada vestida normalmente, por un minuto expresara corporalmente algo que dé a entender una comunicación consigo misma, que reflexione sobre el pensamiento hacia otra mujer teniendo deseos sexuales con ella, habrá caricias en su propio cuerpo con momentos de arrepentimiento, lentamente se desnudara completamente y haciendo a un lado la ropa avanzara al centro del escenario y se pondrá de frente a la sabana levantando las manos como cuando se reza el padre nuestro en las iglesias, levantara su cabeza mirando al cielo y poco a poco girara hasta quedar de perfil a la sabana, buscara la forma de hincarse y después flexionara su cuerpo hasta quedar sentada sobre los tobillos, bajara el torso y la cabeza a manera de tener un acercamiento hacia las rodillas y sus manos estarán como tapando su rostro, esperara un momento que será determinado por un conteo en retroceso del mil al novecientos setenta y cinco en silencio, después levantarse violentamente y llevar tus manos hacia la cabeza en señal de desacuerdo y desesperación por contener sus sentimientos, después con una velocidad normal acaricia su cuerpo empezando por el cuello, sus senos, su vientre, coloca su mano derecha sobre el monte de Venus y la izquierda sobre su vientre por un momento y al mismo tiempo levanta la cabeza intentando mirar al cielo, después volverá a tomar su cabeza con violencia, bajandola y después de unos segundos se arrancara la peluca que llevara puesta, aventándola violentamente hacia atrás bajando la mano derecha con la peluca para soltarla y tratar que quede a un metro atrás de su cuerpo, recorrerá rápidamente su cuerpo empezando por su cuello, tocara sus senos y bajara poco a poco hasta su monte de Venus para terminar con un medio giro lento para quedar frente a la sabana después dirigirá sus manos hacia los lados si dejar de tocar su cuerpo y acariciando lentamente sus muslos de arriba a abajo, después volteara y se dirigirá hacia la silla donde estará su vestimenta de monja y se la pondrá lentamente, posteriormente se pondrá de perfil a la sabana y se hincara tomando la posición de rezo, con las manos unidas como los Ángeles junto a su pecho, inclinando su cabeza en señal de arrepentimiento, permanecerá unos instantes contando nuevamente en retroceso del mil al novecientos setenta y cinco y permanecerá hasta terminar la sesión que será cuando se le indique”. Durante la edición del video se incluirán fotogramas de la película Redondo para dar mayor énfasis a las circunstancias que rodean las reflexiones sobre su problema existencial, así mismo se incluirá una pista de audio donde se reducirá la velocidad para dar un sentido de un tiempo interminable donde la angustia del personaje estará en consonancia sus deseos sexuales, de manera alterna se incluirá la lectura de los versos del poema saliendo cada uno con el fotograma correspondiente para dar mayor impacto visual.
Con lo anterior termino el video que como lo mencione, intento adentrarme en una situación en constante conflicto con el “Ser y el deber Ser” de Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana, Sor Juana Inés de la Cruz.
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